VIEJOS AMIGOS I

Ella se asomo desde la puerta del baño y le vio dormir plácidamente, se acerco a los pies de la cama muy despacio y le beso.

Se termino de arreglar en silencio, mientras su móvil zumbaba al ritmo de sus whatsapps, el ultimo decía, ¿sales ya?, ella contesto, -cinco minutos-, se miro al espejo por ultima vez, le gusto lo que veía, aunque la imagen que se reflejaba de si misma ya no era la de aquella jovencita vital que fue, sus ojos no eran los mismos, aunque si brillaban por la emoción, las arrugas no formaban parte de su rostro aun, pero si sus ojeras, su cuello empezaba a dar signos de poca elasticidad, la maternidad había aportado unas mas que exuberantes caderas que ella intentaba corregir con sesiones de gym, que con el paso de los años y con mucha dieta, le daban no sin esfuerzo los resultados esperados, su pecho seguía siendo bonito, algo caído tal vez, nada que no pudiera arreglar un buen sujetador.
Se miro una vez mas, atuso su pelo, estaba nerviosa, apago la luz del baño y bajo por las escaleras, recogió sus llaves de la gaveta intentando no meter mucho ruido, hizo un breve repasó bolso, móvil, ¡ajá¡, cerro lentamente la puerta de su casa entro en su coche, el zumbido de nuevo, te espero.... estoy tomando café, ella al leer aquello desde el asiento donde había soltado el móvil, sintió que todo su cuerpo se ponía en alerta, podía oír los latidos en sus sienes, arranco el coche, se coloco el cinturón, miro el retrovisor, encendió la radio, no podía creérselo, esa canción no ¡ahora no¡.



Se dejo llevar por un estado de eufórica melancolía, ¡que tontería pensó¡ ha sido una casualidad, sus pensamientos volvieron al punto exacto donde ocurrió todo, una mañana abriendo sus red social favorita, se encontró un mensaje acompañada de una solicitud de amistad, abrió la solicitud, el nombre le era familiar, cuantos años...

Veinte? tal vez, veinticinco?, tal vez alguno más, se lo pensó durante un tiempo, pero al final acepto su solicitud, y contesto al mensaje, con un tímido ¿como estas?, ¿como te va la vida?, no hubo contestación, en su red social tan solo aparecía como un conocido más.

Después de tres meses, para su sorpresa, encontró un comentario adulador en una de sus fotos, -¡gracias contesto ella¡-, y a los pocos días surgía el primer "chat", hablaron de... ¿cocina?, como si tratase de alguien al que has dejado de ver la tarde anterior.
Luego vendrían las fotos, las charlas, los recuerdos, él en un país, ella en otro, durante este tiempo se dedicaron a repasar sus vidas comunes presentes y pasadas, era bonito los dos habían creado una vida feliz a su alrededor.

El había venido por asuntos laborales, o eso le dijo, un par de días en hotel de las afueras, Berta se dirigía hacia el hotel mientras pensaba en todo esto, después de dos años de largas conversaciones, y más 25 años de no verse, era el momento justo.

(Continuara)








































































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