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Mostrando entradas de noviembre, 2016

REFLEXIONES

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“El amor no se dice, se hace… Y cuando se habla mucho de él es porque no se tiene”. Llevas parte de razón amiga, amar se conjuga, se vive, se experimenta.  El amor es activo, se mueve, se retuerce, se enreda y se enzarza en tu vida. Te tapa los ojos y luego te suelta como a una gallina ciega. Te revuelve tanto que cuando te detienes ya no sabes qué guardas en cada una de la habitaciones de tu alma.  Es adictivo porque nada te da tanta fuerza, tanta esperanza, tanto calor… Tanto frío. Nada hace que te levantes con tantas ganas de más, aunque sepas que nunca llega, que nunca cuaja, que no vas a tocar ni medir el tamaño de tus deseos con los de ese ser humano al que le anhelas la mirada y todo el bien que te cabe en la imaginación. El amor, de todo tipo, suelta y al mismo tiempo amarra. Cura y araña. El amor a veces se juega, se baila, se detiene y aumenta de tamaño o disminuye, empequeñece, busca morada, busca rumbo. Es una sacudida helada, una ráfaga tan ardiente que te quema