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Mostrando entradas de mayo, 2016

YA NO ME ACUERDO...

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No recuerdo el olor de tu cuerpo al dormir cuando te respiraba sin que tu lo notaras, cuando me sonreías al soñarte en voz alta, cuando podía sentir tus ojos sobre mi piel desnuda y dormida.  Apenas si puedo recordar nuestros febriles encuentros, tu ropa esparcida por el salón entre el sofá y el sillón de orejas preludio de un maravilloso comienzo, mi corto kimono rojo provocando tu éxtasis, una eterna combinación que todo lo pudo, yo tus ojos mi mayor deseo y tú las ansias por tenerme. Tu bolsa negra en el suelo de la habitación presagiando los efímeros encuentros de ida y vuelta, con mis caricias en tu bolsillos y en el reverso.... tu piel que lo decía todo.  No me acuerdo de tus manos y tus brazos en todo mi cuerpo aferrado al mio dándome amor, calor, paz y seguridad, en esa casa que fue nuestro refugio durante un tiempo en cuarenta y ocho horas límite para vivir la cara más bonita del amor y el deseo. Volver a empezar una y otra vez tras la calma de ese regusti

DESAMORES

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Pensar que es imposible que te amen, que no le mereces, que no te merece, que no te sueña, imaginar que le buscas y le encuentras en otros brazos, imaginar que desea otros brazos. Cerrar los ojos y besar otros labios, serpentear a ratos por la vida sin atreverse a caminar mientras dura el vértigo y el dolor no cesa, dejar pasar las horas con la mente ocupada en alguna estupidez Creer que todos los destinos están trazados, que no hay nada que puedas hacer ni decir para cambiar el mundo y sus normas establecidas, nada que puedas intentar para llegar a su mundo y atravesar sus muros.  Dejar de ilusionarte y fijar la vista en algo tangible, algo que se rompa, que caduque, que perezca, que pueda salir rodando calle abajo y dejarte solo. Algo que no te importe que se desvanezca y cuando eso suceda, buscar otra cosa parecida, una de esas cosas en las que no pones el alma al contemplarlas.  Pensar que como tu amor hay cien, un millón, que hay miles de personas que salen h

Tropezar varias veces con la misma piedra aunque yo lo hago con sillas de la cocina una y otra vez....

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Reza un dicho popular, que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos (e incluso más veces) con la misma piedra. Yo soy una de aquellas personas que he tropezado varias veces con la misma piedra, aún prometiéndome a mí misma que no volvería a suceder. Somos la única especie que caemos varias veces en los mismos errores, nos tropezamos ante los mismos obstáculos, y caemos en la misma trampa varias veces. Es curioso que esto suceda, puesto que nuestra capacidad de aprendizaje debería limitar esas reincidencias. Entonces,¿por qué las personas tropezamos varias veces con la misma piedra?;El caso es que, aunque me he planteado esta pregunta en más de una ocasión, siempre me he quedado con una respuesta a medias. Algunas personas, ya sea por nuestra ingenuidad, despiste o porque no queramos asumirlo, nos  tropezamos una y otra vez con una misma piedra (en un sentido metafórico, ya que la piedra simboliza cualquier obstáculo que podamos encontrar en la vida). Tendemo