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Mostrando entradas de mayo, 2013

ELLA Y EL

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El sabia que todo había terminado, miraba su foto en el ordenador, esa donde ella le miraba con sus ojos inquisitivos, apostando a que un día se lo comería. Nunca sería así, los acontecimientos superaban la realidad, analizando fríamente la situación y con cautela, quizá sería lo mejor, pero él no quería dejar de pensar en ella por el momento, la quería a su manera, formaba parte de su estable vida, estaba en esos rincones de su lasciva mente, había sido su tándem perfecto, su otro yo, su paño de lágrimas, su amor clandestino, jamás se tocaron, jamas estuvieron juntos, nadie entendería esta relación, lo habían intentado, vivir una aventura feliz más allá de convecionalismos, y solo ellos conocian lo vulnerable del otro, pero el codigo de honor estaba por encima ellos. Ayudados por un pasado incierto, volcaron todos sus sueños de adultos, lo perfecto lo imperfecto, lo vivido, lo por vivir, y después de varios años de luchas, de momentos felices, de ausencias, de inseguridades, e

EL DESTINO NO ESTA ESCRITO CAP.3

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Entraron al portal, Marta toco la luz para que Rosa se pudiera guiar, ella se lo sabía de memoria, cuantas veces no habría subido sin ni siquiera encender una sola luz, todo por pasar desapercibida, y así evitar a la vecina del primero, que tenía su vida por detrás de su maldita puerta más fuera que dentro. Subieron en el ascensor hasta el tercer piso, alli con las llaves ya preparadas y delante de la letra F, la puerta se abrió rapidamente, Rosa pego un respingo cuando vio como algo muy grande y peludo se avalanzaba sobre Marta, la chupaba, la ladrababa dulcemente y movía el rabo con alegría. -Hola Roque, que me has echado de menos? ya estoy aquí y ¡con un amiga¡ ¿ves?, no hace nada, le dije (porque las personas que tienen animales siempre dicen esta frase a los que ven más reticentes), supongo que será una forma de tranquilizar a los que son poco amigos de los animales. Alberto¡¡¡, ¿que? dijo, se llamaba Alberto, nada Rosa, esta noche el señor de la grúa, me he aco

EL DESTINO NO ESTA ESCRITO CAP.2

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Salimos del mugriento baño sin reformar desde los años 80, donde el inodoro era aun de tanque alto, y un cable a modo de cadena colgaba del lateral, la puerta que en algún momento fue verde, tenía grandes agujeros recubiertos de trozos de papel a modo de bolas para mantener la privacidad, el porta rollos sujeto por un solo tornillo oxidado con su canuto color marrón, el espejo no reflejaba apenas imagen, la mugre se lo impedía, la luz de la bombilla era tenue, y crepitaba con intención de apagarse a la primera de cambio, tuve que recurrir a un fular que llevaba en mi bolso a modo de toalla para secarnos un poco, saque un cepillo para atusarnos, Rosa levanto la cara por primera vez, y por un solo segundo pude confirmar mis sospechas, no dije nada guarde silencio y asentí con la mirada. Salimos para dirigirnos a la barra, donde el dueño nos aguardaba con sendos cafés y el licor que le habíamos pedido, de malas maneras me miro para decirme, son 5,40 le puse cara de pocos amigos

EL DESTINO NO ESTA ESCRITO CAP.1

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Era muy tarde, las luces de los semáforos se degradaban entre el cristal y la lluvia que permanentemente caía desde hacía varias horas, algunos relámpagos zigzagueaban en el cielo, mientras, su conducción se hacía más lenta, sus pensamientos taladraban su cerebro, no entendía nada, repasaba uno por uno los detalles de los acontecimientos de ese día pero ninguno le hacía llegar a conclusiones certeras, su método no funcionaba y su capacidad de análisis se había esfumado como por arte de magía. De pronto como de la nada surgió una figura delante de mi coche, salí de mi ensimismamiento para frenar mientras esquivaba aquel espejismo, intente tomar el control para detenerme, por suerte el impacto no fue lo suficientemente importante y el airbag no salto. Los nervios se habían apoderado de su cuerpo, la piernas le temblaban, miro a su alrededor, y pudo observar a poco metros una figura sentada al borde de la acera, la lluvia seguía cayendo pero en menor cantidad, abrí la puerta