BERTA Y PABLO III-SUEÑOS ROTOS

Buscó en su gran bolso un clinex, para pasarlo con cuidado por debajo de sus parpados si no quería que su pintura se echara a perder, se sono con cautela la nariz, se arreglo el vestido se miro de nuevo en el gran espejo a sus espaldas, toco el botón que ponía "CAFETERIA" el ascensor empezó a subir.

Berta había imaginado muchas veces, con todo detalle como sería este encuentro, aunque en el fondo siempre pensó que nunca pasaría, que seguirían siendo amigos virtuales sin más complicidad que largas conversaciones y videollamadas de vez en cuando.

Las puertas se abrieron, un breve pasillo enmoquetado dejaba ver al fondo lo que en apariencia era la cafetería, las máquinas del café se oian con claridad, justo en el momento en que se disponía a entrar, un camarero se cruzo en su camino, -buenos días señora ¿habitación? -este...no perdone, yo tengo una cita ¿aquí? le espeto, -debe de ser un error, este comedor solo es para personas alojadas en el hotel.

Justo en ese momento oyó como alguien la llamaba por detrás del camarero, se levanto e iba a su encuentro Berta...Bertaaa.....el camarero se dio media vuelta y desapareció a sus espaldas....Pablo.

Se quedaron uno frente al otro con la manos agarradas, se miraron durante unos segundos, el tiempo se congelo en un instante, pero Pablo con la emoción en su ojos, tiro de sus manos, para atraerla hacía si y darle un largo abrazo, tenia mucha ganas de verte le dijo, y yo respondió Berta.
-cuanto has tardado, pensé que ya no venias-,
-la carretera de salida a la ciudad estaba atascadisima-

-Nos sentamos?
-¿que quieres tomar? una café con sacarina
-¿quieres comer algo?, no gracias, no podría comer nada, vengo tan deprisa.
-te acompañare con otro café.

Los últimos clientes abandonaban el comedor, a la vez que el camarero les servía, para dejarles al instante y desaparecer por una puerta batiente del fondo, eran tan solo las 10:30 horas, se habían quedado solos.

Bueno, esto..bueno... mirándola directamente a los ojos, estas muy guapa, los años no te sientan mal. Berta movía su café....sin pronunciar palabra para conseguir la tranquilidad que necesitaba para que sus nervios no la traicionaran al hablar?

-que tal tu viaje, productivo?
-si los objetivos, se han cumplido, pero vamos hablar de otra cosa si no te importa
-cuanto tiempo ha pasado, desde que tu y yo...verano del 80 y.....7
-mas o menos dijo Berta
-¿y aquí?
-aquí nunca, que yo recuerde
-no me refería a este sitio
-a esta ciudad ¡tonta¡
-unos meses antes, no lo recuerdo muy bien
-estoy nervioso y ¿tu?
-no porque, debo estarlo?
-como me ves Berta se sincera....mayor verdad?
-mas canoso que como te vi la última vez
-muy ingeniosa, se me había olvidado ese punto tuyo tan "ácido"?
-acaba el café y vamos a dar una vuelta, ¿tienes tiempo?
-quiero que me lleves a muchos sitios
-¿sitios? ¿que sitios?
-eso no lo habíamos hablado me dijiste...."tomaremos un café y disfrutaremos de nuestra compañía"
-y eso pretendo, quiero ir...a pasear
-¡¿donde? ¡hace frio¡
-es una mañana soleada, estamos abrigados, bueno...estas, eso me recuerda que tengo que ir a mi habitación a por el abrigo y las llaves del coche. ¿quieres acompañarme? son solo dos pisos.
-uhmmmm
-te juro que aunque suene a encerrona no lo es.
-no me mires así Berta, creeme.

Pablo abrió con su tarjeta la puerta, dejo pasar a Berta y la siguió por el estrecho pasillo, la habitación era amplia, decorada con sobriedad y cierto lujo, la cama grande, el servicio de habitaciones ya había pasado por allí, la maleta negra y gris cerrada pulcramente, y unos pocos efectos personales en la mesilla izquierda, un cargador, unas llaves, unas monedas y lo que a Berta le pareció un Ipad dentro de su funda.

Pablo se acerco a su mesilla, cogió sus efectos personales, abrió el armario al otro lado, guardo el ipad en la caja de seguridad, descolgo su abrigo y su bufanda, se lo puso se volvió hacía Berta, que se había situado en un extremo de la habitación, observando cada paso sin perder detalle, Pablo le ofreció su mano, ella confiada se la dio, el la cogió por sorpresa de sus hombros, se acerco y la beso, Berta se dejo llevar, eran muchas las emociones contenidas, los ojos brillaban con tanta intensidad, acusando la larga espera de este momento...
-ha sido una debilidad Berta.
-¡perdoname¡ por favor, por favor
 había soñado con este momento durante los dos últimos largos años......


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