UN BUEN POLVO

Me habéis dado trabajito y argumentos "machos alfa" llevo todo el día pensando, soy mujer, y rubia y de bote, de pronto oigo una frase que rechina en mi mente ¡esa lo que necesita es un buen polvo¡.

En nombre del colectivo de féminas librepensadoras voy a defender en lo que a mi respecta ¿que es un buen polvo?

Así como las cualidades que deberían poseer aquellos hombres con los que podríamos negociar las características de "un buen polvo", al parecer tan necesario para algunas de nosotras no se si todas.

En la cama y fuera de ella merecerían un aplauso por su actuación erótico-sensual, aquellos hombres...

Tan perspicaces que primero se dedicaran a seducir tu mente demasiado deseables, uno de esos que te desnuda sin necesidad de quitarte tan siquiera la ropa.

Ese que es paciente pero certero y decide sacar primero su ingenio antes que su pene, ese que te hace sentir la mujer más sensual del planeta, más que Scarlett Johansson y Megan Fox juntas.

Ese que es creativo y travieso con su lengua, que le gusta jugar con las curvas femeninas como si recorriera una zona salvaje que debe ser explorada en profundidad en todos sus rincones hasta los menos obvios.

Las medidas son relativas para cada mujer y no es necesario que sea un actor porno de XL, sin embargo atrás quedó la época de ser politicamente correcta y repetir la respuesta de cajón para evitar herir sensibilidades "el tamaño no importa", bueno pues depende, lo ideal sería encontrar un hombre que tanto su virilidad como su potencia se disfrute a lo grande.

Suponiendo que el mundo estuviera a punto de acabarse y tal vez sea el último polvo que eches en tu vida, ese hombre debe decidir con arrebatada pasión penetrar en tus ganas, ejecutando voluptuosos movimientos justos de forma gradual que vayan subiendo de intensidad y que su mirada llena de deseo y la forma en cómo te sujeta muestre su lado más tierno y rudo a la vez, sabiendo tener el control por lo menos durante un largo rato, hasta que se cambien los papeles y posiciones.

Aquel que conoce la palabra orgasmo y no precisamente por buscarla en el diccionario, ese que entiende las señales de tu cuerpo y ha probado todos los caminos eróticos posibles para encontrarlo. El resultado debería ser un estado de trance, en donde el éxtasis se escapara a través de tu gemido acompasado estallando en cientos de sensaciones. Al final, él también obtiene un inmenso placer para si, como recompensa por saber dar sin restricciones.

Lo cortés no quita lo caliente, así que después de ser el rey de la tetosterona, el lobo debería saber transformarse de nuevo en humano y demostrar su lado caballeroso, independientemente de que seas el amor de su vida o un simple encuentro de sexo casual y saber tratarte como una dama, aunque hace algunos instantes haya visto tu faceta más perversa.

El semental que describo, no vive en los sueños húmedos, o en la imaginación, ni tampoco es un best seller como 50 sombras, ni es parte de la utopía del principe azul versión porno. 

El buen amante es un hombre común de carne y hueso, tal vez bajito y con más carne que huesos y sin abdominales pero con quien te conectas y que tiene el don de entenderte y entender que el goce mutuo es mayor cuando se despoja... no de los calzoncillos sino de su ego.