DESPEJAR LA INCOGNITA
La vida no es lo que es, si no lo que creemos esperar de ella una ecuación por resolver.
Vivir es acumular incógnitas, aunque haya gente que prefiera vivirlas inmersas en un montón de rutinas que les dan plenamente la felicidad con todo organizado en el sendero de su día a día sin salirse del guión establecido sin resquicio para pensar en hallar la fórmula de la dificultad para trazar ese círculo imperfecto, que nos da ese puntito de humanidad esas líneas paralelas, que tanto pensamos y queremos los demás.
Al principio uno recurre a la búsqueda, a las operaciones matemáticas más complejas, pero de nada sirve tanto cálculo, tanto decimal.
Al principio uno recurre a la búsqueda, a las operaciones matemáticas más complejas, pero de nada sirve tanto cálculo, tanto decimal.
Porque cierto día comprendes que las cuentas que valen se hacen con cinco dedos, y se escriben directamente en la piel de ciertas personas que eliges, esas personas que cuando consigues abrazar te hacen sentir que la ecuación está resuelta, que no puede haber un sitio mejor donde estar, que te hacen tener la certeza de que alejarse es errar y que quedarse es encontrar el equilibrio perfecto, tu lugar en tu mapa imaginario el centro de un universo de círculos que toda la vida hemos ido dibujando en el aire hasta que damos con ellos.
La clave está en saber elegir, en dejarse arrastrar por esa gran fuerza que es la intuición, que te dice un nombre al oído y te empuja hacia el sin saber muy bien por qué, que te fuerza a detenerte para mirarle una vez más, para aprenderte de memoria su manera de sonreír, que te hace querer verle aparecer, rozar sus dedos, empezar a quererle sin ninguna razón y sin excusas.
Y vives esa sensación de que el infinito no estaba tan lejos, que era más que fácil llegar y que no has llegado sola, porque estará allí a una perfecta distancia cero.
Tan cerca como dentro, sabiendo perfectamente de qué hablo cuando digo que la ecuación está resuelta, el resultado es el deseado, una deliciosa manera de anunciar que la vida no es lo que es, si no como tu quieras escribirla día a día....
Cuando se escribe con el corazón, la primera idea suele ser la mejor, podemos adornar las frases con diferentes palabras, pero al final vienen a decir lo que al principio queríamos expresar, un besito
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