LA AUSENCIA
Tendría....quizá 55 años calculo, pelo cano, mirada distraída y afable con gafas, creo?, desde hace mas de un año, lo encontraba en mi vagón todas las mañanas, sentado casi en el mismo sitio, y siempre en el mismo tren, siempre a la misma hora.
El siempre leía, nuestras miradas se cruzaron alguna vez en este tiempo, los que me conocéis, jamas creeríais que nunca hable ni una palabra con él, ni si quiera un buenos días, no supe jamas su nombre, pero cuando nos encontrábamos sabía que todo estaba en su sitio, que iba en hora a trabajar y no llegaba tarde, era como una especie de brújula.
Aunque reconozco, que en mi trayecto diario de ida y vuelta, suelo ser bastante introvertida, bien porque por la mañana temprano no me gusta hablar, bien porque siempre tengo mucho sueño, pero soy incapaz de dormir en semejante habitáculo.
Alzo la vista solo para mirar por la venta la estación por la que pasamos, me detengo unos segundos observando al frente para continuar con mi lectura puntual, mi redes, mis whatps, mi blog como en estos momentos donde camino de mi trabajo escribo esto.
Ayer al terminar una canción que escuchaba atenta en mi móvil, para mi pequeño programa de radio, llegue tarde a una conversión, en los asientos de enfrente.
Una voz de mujer le decía a otra, sus caras me eran tan familiares, asiento arriba asiento abajo, Roque a muerto el Viernes cerca de Aranjuez, no se porque, continúe escuchando aquello distraida pero muy atenta el relato de la grave enfermedad del señor fallecido, enfundada en mis cascos sin sonido.
Al principio no le di importancia, pero pude llegar a la conclusión por diferentes comentarios, y coincidencias, que para mi desgracia, Roque era mi compañero del tren, hacia días que no le veía, no podría cuantificarlos, pero pensé que quizá el paro, había tirado por tierra esos viajes a Chamartín todas las mañanas, me había pasado con muchas caras en este tiempo, yo le había dado la importancia de esos quince segundos de imaginarlo en mi mente.
Craso error, era algo más, no volvería verlo jamas, sentí tristeza y una mezcla de sentimientos indefinidos y amargos, que me duraron todo el día y te hacen replantearte tantas cosas, tampoco ayudo mucho el estado anímico de la que suscribe el pasado martes.
Juzgar por vosotros mismos la canción que iba escuchando, "Enseñame tu manos" del disco "....EL TREN DE LOS MOMENTOS".
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