DE PIEDRAS Y CAMBIOS

Alguien me dijo ayer entre charlas y risas "la gente no cambia" y yo creo que llevaba razón, tu no puedes cambiar a los demás, podemos ser malas o buenas influencias, cualquier acción tiene sus consecuencias, muchas de ellas imprevistas, Las buenas intenciones a veces acaban dando un empujón y nos hacen caer en la cuenta, otras, alguien se acerca con la mala intención de pisar a otro y resulta que en lugar de achicarle, se consigue el efecto contrario y le ayuda a ser una persona fuerte.

Nunca se sabe como vamos a reaccionar ante un obstáculo todo depende de con que ojos seamos capaces de mirarlo, se convertirá en un muro infranqueable o en un trampolín que nos ayude a dar un paso de gigante, nuestra perspectiva cambia el angulo de visión y nos enseña a vernos a nosotros mismos y a nuestra autoestima.

Al final hay personas que te tocan el alma, esta parte indefinida, que te presiona el pecho, que te agita, te duele y que no tiene ubicación concreta, otras en cambio pasan por tu vida de largo vacias de contenido.

No podemos vivir el sueño de otros, ni acumular su experiencia, no podemos cambiar a nadie, el cambio si es posible siempre ha de ser voluntario, sobre todo porque mejorar es un trabajo de por vida, de constancia y de esfuerzo, un plan vital, donde puedes notar la sensación de subir una montaña, cruzar un océano y ver que aun queda un desierto por delante, porque intuyes que ya no eres el mismo, que algo te da fuerza, que te apoyan y que puedes. Las personas cambian justo cuando descubren el potencial que tienen para cambiar las cosas. 

El cambio se produce si  se quiere, si te empeñas en ello si buscas lo que da sentido a tu vida, y cambiar no significa abandonar las raíces, si no buscar el sol en cada amanecer aun en los días nublados. No es convertirse en piedra para que la adversidad no te afecte, es algo más complicado, es dejarse llevar y mantenerse firme al mismo tiempo, sin ceder sin abandonar la posición. 

Ser tan elástico que después de una tormenta, puedas volver a tu forma original, eso sí con la lección bien aprendida, para saber sobrellevar la próxima deriva, renunciando a falsas expectativas ir al cambio con la mente abierta, sabiendo adaptarse al entorno y tener el valor y las ganas incluso de modifarlo, confiar incluso cuando te traicionan.

Saber que vas a continuar confiando porque esa es tu esencia y que serás capaz de sobrellevar el próximo desengaño, porque si dejas de hacerlo y te conviertes en piedra, pierdes tu. Las piedras el leído por ahí no son porosas pero si impermeables, no dan nada y no reciben nada, son duras aunque esta misma dureza a veces las haga altamente rompibles. Las piedras se lanzan, golpean, se afilan y se clavan...en tu zapato.

Y cuando el mundo acaba, continúan ahí en el paisaje, inmutables ajenas a todo, calladas, ocultando una historia, sin vida sin sueños, sin esperanza dejando que todo cambie y sin participar en nada.

No seas una piedra ni para ti ni para nadie, la felicidad nunca te alcanzará aunque te moje.