EL POZO QUE NO TE DESEA

¿Os habéis asomado alguna vez a un pozo? !claro! seguro que si, depende del momento de tu vida en que te asomes verás un agujero mas o menos negro, frió, hostil porque las lluvias no lo han llenado lo suficiente y su dura piedra a fortalecido sus muros, la oscuridad y las criaturas que lo habitan lo convierten en un lugar inhóspito suficiente como para tenerle miedo y huir a toda prisa de allí, o tal vez sólo tal vez, para algunos ojos sea aún un bonito lugar donde asomarse lleno a rebosar de agua, de vitalidad de luz.

Esos agujeros negros son atrayentes para algunas miradas que embelesadas creen poder ver y oír cantos de sirenas en el fondo de alguno de ellos que les susurran al oído, porque llevan muchos amaneceres peinándose en el reflejo de sus aguas en eternas lunas llenas de deseo entre las grietas de su desnudez, tirando piedras en busca de esa honda perfecta que llegue a su corazón y a su alma aun a sabiendas de quizá sus aguas nunca reflejen lo que en el fondo quieras ver.

Cuando te asomas el pozo es hipnótico, inquietante, tranquilo, te da paz todo fluye en su interior, tu lo adoras sabedora de los peligros que entraña si caes en sus profundas aguas, todos los días acudes a su enorme boca y su imagen te sonríe, y tu espíritu se fortalece, te reconforta.

Pero un buen día llegas te asomas y ese pozo parece estar vacío, pones el oído y nada, solo oyes silencio, te entristeces, decides reanimarlo en un ir y venir de cubos de agua, que se traga incesante sin devolver tu imagen, entonces descubres que tu pozo se ha secado, tu no flaqueas ni pierdes las fuerzas, y vas un día tras otro, y te sientas junto a él y le hablas de tus deseos, y le cantas y le bailas a la luz de la luna y sueltas las cuerdas de la roldana con su pequeño cubito que baja hasta los más profundo buscando recoger un poco de esa agua que en algún momento viste en su interior, que sabes que te quitará la sed una vez más, pero es inútil tu pozo ya no te desea.....